Cochineal
This is the story of a color—one that began as an evolutionary tale, and evolved to shape the course of human history. Cochineal, a tiny, cactus-dwelling insect that produces a vibrant red pigment, was harvested for thousands of years by Indigenous peoples to produce a dye for their own textiles. Following the Spanish invasion of the Americas, cochineal ultimately became a globally traded commodity. In Europe, its red became the color of power, tinting the red coats of English soldiers and the Catholic clergy’s capes. Its commerce transformed the world of textiles, art and trade, but at the expense of the Indigenous knowledge systems and labor that brought it to bear in the first place. This is a story of how a color changed the world, and how the world exploited a resource.

Cochineal Harvest
This image, titled “Indian Collecting Cochineal with a Deer Tail” is from Memoria sobre la naturaleza, cultivo, y beneficio de la grana, a 1777 essay written by scientist and scholar José Antonio de Alzate y Ramírez detailing cochineal production.
Spain’s conquest of much of the New World in the 16th century introduced cochineal dyes to Europe which quickly sparked global demand. It was brighter and more saturated than any other red dye in the Old World, roughly ten times more potent than the next best option. Explosive demand led to rapid growth in production, which was done almost exclusively in Oaxaca by Indigenous producers. It became Mexico’s second-most valued export after silver, and by the 17th century, it was traded as far away as India. Cochineal red became an international symbol of power in Europe and beyond, and access to it was controlled exclusively by the Spanish who kept the true source of the pigment a carefully guarded secret until the 18th century when European biologists finally deciphered its source to be an insect. Farms began cropping up elsewhere which effectively ended the Mexican monopoly. By the 19th century, cochineal was largely replaced by synthetic dyes, though it is still used today in many foods, beverages, clothing, and cosmetics.
Redcoats
Pigments produced from the cochineal insect gave the English “Redcoats” their distinctive uniforms.
WyrdLight, CC BY-SA 3.0

The Clergy
Cochineal red became a symbol of authority in the Catholic Church, which dressed its cardinals in scarlet robes like this one.
VAwebteam, CC BY-SA 3.0
Esta es la historia de un color que comenzó como un cuento evolutivo y evolucionó para dar forma al curso de la historia humana. La cochinilla, un diminuto insecto que habita en los cactus y que produce un pigmento rojo intenso, fue cosechado durante miles de años por los indígenas para producir un tinte para sus propios tejidos. Tras la invasión española de las Américas, la cochinilla acabó convirtiéndose en un producto comercializado en todo el mundo. En Europa, su rojo se convirtió en el color del poder, tiñendo los abrigos rojos de los soldados ingleses y las capas del clero católico. Su comercio transformó el mundo de los textiles, el arte y el comercio, pero a costa de los sistemas de conocimiento y la mano de obra indígenas que lo hicieron posible. Esta es la historia de cómo un color cambió el mundo, y de cómo el mundo explotó un recurso.

Cosecha de cochinilla
Esta imagen, titulada "Indio Cosechando Cochinilla con una Cola de Ciervo" procede de Memoria sobre la naturaleza, cultivo, y beneficio de la grana, un ensayo de 1777 escrito por el científico y erudito José Antonio de Alzate y Ramírez que detalla la producción de la cochinilla.
La cochinilla es uno de los pigmentos más antiguos utilizados en las Américas, se remonta a fechas tan tempranas como el siglo II antes de Cristo. Su color rojo simbolizaba a los dioses, el sol y la sangre, y se empleaba en los rituales de los pueblos maya y azteca, que comercializaban con el en toda América Central y del Sur. Los indígenas de las regiones mexicanas de Puebla, Tlaxcala y Oaxaca disponían de sistemas de cría y de ingeniería de los insectos cochinilla para obtener rasgos ideales para producir pigmentos de pintura roja para colorear manuscritos y murales, y para teñir telas y plumas. Tras la invasión española, se comercializó en todo el mundo, y su producción se convirtió en una industria que dependía totalmente de la experiencia y el trabajo de los indígenas mexicanos, aunque nunca se les reconoció por ello.
Casacas Rojas
Los pigmentos producidos a partir del insecto cochinilla dieron a los "Casacas rojas" ingleses sus uniformes distintivos.
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El Clero
El rojo cochinilla se convirtió en un símbolo de autoridad en la Iglesia Católica, que vestía a sus cardenales con túnicas escarlatas como como esta.
VAwebteam, CC BY-SA 3.0